Me siento muy emocionada porque por fin estoy contándoles la historia de Madeleine Vionnet, entra en nuestra top porque sin duda es símbolo de una mujer fuerte, además hablar de Vionnet no es sólo hablar de moda, es hablar de arte, de buen saber hacer y de Alta Costura en estado puro.
En DM tenemos la creencia de que para hacer diferencia en el mundo hay que luchar por ello, no basta con declararlo y sin duda Vionnet nos da una lección: Nacida en Francia pero formada en Inglaterra, su trayectoria como diseñadora narra una de las historias más precoces y brillantes del mundo de la moda, empezó su carrera como aprendiz con tan solo 11 años de edad… al parecer hay personas que nacen sabiendo lo que quieren ser, o se descubren muy rápido a sí mismos.
Fundó su propia marca, Vionnet, en el París de 1912, un momento en el que pocas mujeres emprendían y se atrevían a conducir su propia empresa. La latente exposición de la I Guerra Mundial le obligó a cerrar las puertas de su negocio, un hecho que no mermó a Madame Vionnet, que volvió a abrir, finalizada la contienda bélica, con más fuerza sin duda, ya que durante el periodo de guerra permaneció en Roma, donde aprovechó para estudiar la cultura de la antigua Grecia a través de los museos y colecciones de arte. El estilo artístico de esa cultura fue crucial en su posterior desarrollo como diseñadora, así como la inspiración en la bailarina Isadora Duncan.

Isadora Duncan.
Conocida como “la arquitecta de los diseñadores”, Vionnet vivió su verdadero apogeo durante la década de los años 20. Tanto fue así que en 1923 inauguró lo que por aquel entonces se conocía como “El tempo de la moda”, una emblemática tienda situada en la Avenue Montaigne de París que surgió fruto de la colaboración de la diseñadora con el arquitecto Ferdinand Chanut, el decorador George de Feure y el escultor René Lalique.
Ella es una de las diseñadoras que no sólo desafiaron la silueta rígida imperante, sino que propuso vestidos fluidos y femeninos que abolían por completo el corsé.
Su moda estaba basada en la silueta griega inspiraciòn que mencionamos anteriormente y que logró gracias a un extraordinario recurso: el corte en bies que cruza en diagonal la trama de la tela, permitiendo que ésta pueda drapearse y mantener hermosos pliegues envolviendo la figura femenina. Para tal efecto, Vionnet mandaba a hacer tejidos casi dos metros más anchos de lo habitual, con el propósito de cortarlos al bies.
Pionera del corte al bies y los vestidos de una sola pieza de inspiración griega.
Por tal motivo es considerada como una de las grandes defensoras de la liberación de la silueta femenina, adaptando las telas al cuerpo. Además adaptó, a la silueta femenina, las prendas de sastrería masculina. Firme defensora de que los vestidos debían dejar traslucir la personalidad de quien los portara.

Modelos con vestidos confeccionados con el corte al bies
Desafortunadamente su buen trabajo no soporto el envite de una nueva guerra, y con el estallido de la II Guerra Mundial, en 1939, Madeleine Vionnet con 63 años de edad, decidió cerrar su maisón. Atrás dejaba un legado que muchos han calificado de revolucionario, una forma de entender la moda, previa a la propia Coco Chanel: que si hablamos de liberación ella la ejercia, liberaba a las mujeres de las rígidas estructuras de aquel entonces . Una idea que ella materializaba con la siguiente frase:
“El vestido debe ser una segunda piel, lista para sonreír cuando el que lo lleva sonríe”.
Con una considerable humildad, jamás permitió que la llamaran diseñadora de moda, sino que se refería a sí misma como modista.
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Vionnet estuvo siempre en contra de las imitaciones, fue la primera en proteger sus creaciones al colocarle su firma en las etiquetas de sus vestidos.
Creó la primera Asociación por la Defensa de las Artes y en contra de la piratería. La diseñadora tuvo algunos problemas con los plagios y decidió llevar un registro de todas sus creaciones en un libro que llamó «Derechos de Autor». Vionnet era consciente de sus logros y quiso proteger su trabajo del plagio. Para ello, documentó cada una de sus prendas con 3 fotografías, en las que retrataba sus diseños desde perspectivas diferentes: de frente, de lado y de espaldas.
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Hoy, con la empresaria Goga Ashkenazi como propietaria desde 2012, Vionnet regresa con un nuevo plan estratégico que tiene como protagonista la sostenibilidad.